Esta investigación fue elaborada por Angelo Joseth Avila, Karla Valeria Ponce, Joselyn Mariela Murillos y Stefany Daniela Vallejos
“Indio comido, indio al camino”, una frase popular entre los hondureños, quienes ante un apurado ritmo de vida deben ingerir grandes cantidades de alimento para tener energías, no hay tiempo para contar calorías, grasas ni azúcares…pero con el paso del tiempo las consecuencias serán múltiples.
La obesidad en los hondureños va en aumento silenciosamente. Entre 2018 a 2022, se contabilizaron 11,559 personas con obesidad en el territorio nacional,de acuerdo al área de estadística de la Secretaría de Salud (Sesal).
Francisco Morazán, Cortés y Olancho concentran el 58% de personas obesas de los últimos cuatro años, sumando 6,712 personas que padecen de esta comorbilidad.
Francisco Morazán registra 2,660 personas, Cortés 2,297 y Olancho 1,775. En contraste, Islas de la Bahía y Ocotepeque son los departamentos con menos hondureños obesos, reportando 82 y 89 casos respectivamente.
La obesidad es una enfermedad que afecta a la mayoría de los sistemas del cuerpo. Afecta el corazón, el hígado, los riñones, las articulaciones y el sistema reproductivo.
Esta conduce a una variedad de enfermedades no transmisibles (ENT), como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diversos tipos de cáncer, e incluso problemas de salud mental.
Panorama internacional
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se registraron más de mil millones de personas en todo el mundo son obesas; de estas, al menos 650 millones son adultos, 40 millones adolescentes y 39 millones son niños.
De igual forma, la OMS destacó que Estados Unidos es el país con la población más obesa a nivel mundial, con un total de 77 millones de estadounidenses.
Según el portal de Estadística en Línea Alemán (STSTISTA), China es el segundo país con más obesidad, con 66 millones de personas, dejando a India en tercer lugar con un total de 46 millones de personas.
Seguidamente, Brasil con 29 millones, México con 24 millones, Rusia 23 millones, y Egipto con 21 millones, posicionándose como el séptimo país con más obesidad en el planeta.
Por su lado, World Atlas Obesity prevé que una de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres padecerán de obesidad en 2030.
América Latina
De acuerdo a las cifras oficiales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 140 millones de latinoamericanos y caribeños son obesos. El 23% de la población regional se concentran en países del Caribe: Bahamas (36,2%) Barbados (31,3%), Trinidad y Tobago (31,1%) y Antigua y Barbuda (30,9%).
El sobrepeso y la obesidad se han convertido en una verdadera pandemia para los centroamericanos. Costa Rica es el país con mayor afectación, donde dichas enfermedades han alcanzado a más del 60% de la población adulta.
Tipos de obesidad
La obesidad se mide con el índice de masa corporal (IMC). Este se obtiene del peso de una persona en kilogramos, luego es dividido por el cuadrado de la talla en metros.
El IMC ideal debe ser entre 18.5 a 24.9; si el IMC es de 30 a 34.9, obesidad grado 2 (riesgo moderado), si el IMC es de 35 a 39.9 es obesidad grado 3 (de alto riesgo, obesidad mórbida), si el IMC es igual o mayor a 40 es obesidad grado 4 (extrema).
Muertes por obesidad
En retrospectiva desde los años 90, se ha estipulado las muertes por obesidad con un porcentaje del 5% en el transcurso de los años hasta alcanzar un incremento del 8.52% en 2019.
Cada año mueren como mínimo 2.8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
Causas
La obesidad puede producirse por distintos factores, como malos hábitos alimenticios, mal funcionamiento de las hormonas que indican hambre y saciedad; consumo de bebidas y alimentos altamente calóricos.
De igual forma, existen factores ambientales y genéticos. La médico y vocera del Hospital Escuela Universitario (HEU), Karla Velásquez, comentó que desde siempre ha conocido que los factores principales que intervienen en el desarrollo de la obesidad son los ambientales y los sociales.
Sin embargo, en un alto porcentaje de los casos, la obesidad viene determinada también, por la herencia de los progenitores.
“La obesidad tiende a ser hereditaria o genética, pero son nuestros hábitos que van a determinar si llegamos a un nivel de obesidad”, apuntó.
Obesidad en pandemia
A raíz de las medidas de confinamiento para prevenir el contagio por COVID-19, el aumento de personas obesas fue abrupto en 2021, pasando de 1,813 a 4,222 personas, reflejando un aumento de 132.87%.
“El aumento de personas con obesidad en los últimos años puede estar relacionado con varios factores, como la disponibilidad y accesibilidad de alimentos altos en calorías, la falta de actividad física debido a la pandemia del COVID- 19 y el estrés relacionado con la situación actual”, indicó la nutricionista María José Andrade.
Obesidad en mujeres
En los últimos cuatro años, la obesidad ha sido predominante en las hondureñas. De las 11,559 personas con obesidad, 8,357 de los egresos hospitalarios fueron mujeres.
En cambio, solo se reportaron 3,202 hombres con obesidad en el lapso de los últimos cuatro años, representando un 28%.
Andrade explicó que son multifactoriales las razones por las que hay más obesidad en las féminas.
“Puede incluir factores biológicos, como la influencia de las hormonas femeninas, así como también la inactividad física debido a que la mayoría de las mujeres trabajan o son amas de casa; esto limita el tiempo para realizar actividad física” indicó la nutrióloga.
Cultura alimenticia
La sociedad hondureña en su mayoría carece de una educación nutricional, dejando pasar por desapercibido las complicaciones que puede traer la obesidad en sus vidas.
La experta en salud nutricional, Daniela Misas, describe la cultura alimenticia de los hondureños como desbalanceada debido a que gran parte de la población consume alimentos sin un equilibrio.
“Se ha formado la creencia de que comer saludable es comer caro y que solo los grupos sociales que tienen mayores ingresos pueden llevar un estilo de vida saludable”, comentó.
En este sentido, ella aclaró que la canasta básica contiene productos con los cuales se puede tener una alimentación sana, baja en grasas, sales, entre otros.
Misas agregó que tener una vida saludable no solo se basa en comer balanceado; considera que es muy importante darle atención a tales factores como el estrés, grado de participación en la cocina, hábitos como el sedentarismo, entre otros, ya que todo esto va de la mano para alcanzar un estilo de vida saludable adecuado.
En adición, entre los malos hábitos en los hondureños se puede mencionar el consumo excesivo de alimentos altos en grasas, sal y azúcares, la falta de actividad física y el consumo de alcohol y tabaco en algunos casos.
Dietas “milagrosas”
Se han popularizado dietas que prometen quemar grasa en tiempo récord como siete o catorce días, ingiriendo solo tés o dejando de comer ciertas comidas.
Respecto a ello, la especialista enfatizó que “Las dietas milagrosas no existen, nuestro cuerpo está perfectamente diseñado para desintoxicarse de manera natural, no necesitamos eliminar un micronutriente si no tenemos un diagnóstico clínico previo”.
Según la experta, lo ideal es que las personas mejoren la calidad de lo que a diario comen y no solo alcanzar un determinado peso en la báscula, sino que también para mejorar el estado de salud en todos los ámbitos.
“Las dietas milagrosas tienen un efecto rebote, las personas que lo practican no disfrutan del proceso de llevar una vida saludable, no disfrutan de su alimentación, para ello es muy importante consultar a un especialista antes de tomar una dieta como tal”, puntualizó Misas.
Juventud con obesidad
La obesidad se está volviendo una comorbilidad frecuente entre personas jóvenes y adultos. En los últimos cuatro años, 6,662 personas con obesidad tenían entre 20 a 49 años de edad. En otros términos, las personas en esta edad conforman el 58% de casos de obesidad entre 2018 a 2022.
La nutricionista Andrade apuntó que el aumento de personas con obesidad en los últimos años puede estar relacionado con varios factores, como la disponibilidad y accesibilidad de alimentos altos en calorías, la falta de actividad física debido a la pandemia del COVID- 19 y el estrés relacionado con la situación actual.
Asimismo, el sedentarismo ha sido el causante de que la obesidad incremente.
El segundo estrato con más obesidad son las personas mayores de 50 años, con un total de 3,853 casos que se traduce en el 33% de todos los casos.
Obesidades reportadas
La Unidad de Estadística de la Salud de Sesal clasifica su base de datos sobre cifras de obesidad en cuatro variables: obesidad no especificada, otros tipos de obesidad, obesidad por excesiva ingesta calórica y obesidad extrema con hipoventilación alveolar.
De acuerdo a los datos de Sesal, 8,101 casos de obesidad no fueron especificados. Es decir, el 70.8% de casos se desconoce su tipo de obesidad.
Por otro lado, la entidad sanitaria gubernamental reportó que el 26.64% de los casos son “otros tipos de obesidad”, es decir, 3,079 casos. Sin embargo, no aclara a estos tipos de obesidad.
Sorpresivamente, de acuerdo al registro estadístico proporcionado, solo el 2.86% de personas llegaron a ser obesas por ingesta excesiva de calorías.
En menor grado, solo ocho personas padecen obesidad por inducción al consumo de drogas.
Obesidad infantil
Según los datos en de la OMS, Italia, Grecia y España lideran los primeros puestos en tasa de obesidad infantil, tanto en niños como en niñas.
Los países con menor tasa infantil de obesidad infantil son: Dinamarca, Noruega y Francia y en niñas Irlanda, Dinamarca y Noruega.
En el grupo de 5 a 19 años, el 33,6% de los niños, niñas y adolescentes están afectados por sobrepeso u obesidad, y el 8% de los niños y niñas menores de cinco años, de acuerdo con las últimas estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF), la OMS y el Banco Mundial.
La obesidad infantil a menudo dura hasta la edad adulta si no se trata. Puede resultar en otras enfermedades como diabetes tipo 2, enfermedad del hígado graso no alcohólico, colesterol alto, presión arterial alta, apnea del sueño y problemas ortopédicos (huesos y articulaciones), entre otros padecimientos.
Se calcula el riesgo de obesidad infantil en 191 países; se prevé que China, India y Estados Unidos tengan el mayor número de niños que padezcan esta enfermedad a nivel mundial.
En el caso de China, la cifra también resulta alarmante a nivel proporcional, se estima que el 32% de los niños de 5 a 9 años sean obesos, según el Atlas Mundial de la Obesidad Infantil.
Asimismo, esta organización proyecta que habrá 254 millones de niños con obesidad en 2030.
Obesidad infantil Honduras
En Honduras, de un total de 662 niños que comprenden entre los 0 meses hasta los catorce años, el 58% de los casos son varones, mientras que el 42% son niñas.
La pediatra Saraí Umanzor destacó que esta ligera diferencia se debe a que los varones a su acelerado aumento de peso durante su crecimiento.
A su vez,mencionó que los niños tienen una mayor tendencia en ser sedentarios y un mayor apetito.
La pediatra subrayó que de igual forma existen causas genéticas y ambientales por las cuales aumenta la obesidad en los infantes; como ser la disminución de espacios recreativos , la cual conllevó a un aumento de niños sedentarios, sobre todo en el estado de cuarentena por la pandemia de COVID-19.
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Cultura alimenticia infantil
La dieta de los niños de Honduras es poco saludable, al ser una alimentación rica en grasas, carbohidratos, alimentos procesados y azúcares.
A criterio de la experta en salud infantil, la educación nutricional “es importante para ayudar a los niños a que desarrollen y aprendan hábitos alimenticios saludables que les permita tener un peso adecuado en su crecimiento, una altura adecuada y un hábito que puedan fomentarlo durante el resto de su vida”.
Los niños al estar mucho tiempo sin salir, pocas actividades podían realizar, haciendo que estuvieran horas tras horas frente a una pantalla sin moverse, ya sea jugando videojuegos o viendo televisión.
Según Umanzor, los niños deberían tener al menos 60 minutos de actividad física, como deportes, juegos organizados, natación, y otras actividades.
Al mismo tiempo, aconseja limitar el uso de aparatos electrónicos ya que estos son detonantes del sedentarismo.
“Se recomienda que un niño a partir de los dos años de edad solo pueda ver un máximo de dos horas de pantalla durante el día, y los niños menores de dos años no deberían estar frente a una pantalla”, manifestó.
Un reto
José Antonio Elvir, joven hondureño compartió su historia de cómo superó la obesidad, lo cual para él no ha sido fácil esa etapa de su vida.
A partir de los de 20 años José empezó a subir su índice de masa corporal y fue algo completamente normal para él debido a que se sentía aceptado por su familia y amigos.
“En la universidad no me percaté o preocupe por un tema de salud o tema físico ya que yo estaba enfocado en terminar mi carrera y después empezar a laborar; creo que no lo veía como un problema”, comentó Elvir.
La preocupación inició cuando un miembro de su familia falleció por diabetes, quien era una persona con alto índice de masa corporal pero jamás le dieron importancia ya que él siempre había sido “gordito” y se miraba bien de salud.
“Hace aproximadamente unos cinco años llegue al peso más alto que fue alrededor de 150 kilos, y ahí fue donde hice el primer esfuerzo por querer controlar el peso. Desde mi ignorancia comencé a tratar de correr (…) estaba empezando a tener resultados y creo que baje alrededor de unos diez kilos”, detalló el joven.
No obstante, José comenzó a experimentar ciertas molestias en sus rodillas. La razón fue por sobre exigencia física, pues durante cinco meses corría entre seis a siete kilómetros todos los días. El daño en sus rodillas le impidió continuar con su actividad.
Entre sus hábitos alimenticios, José Elvir confesó que tenía un desorden del cual no se percataba. Bebía leche con chocolate en la mañana, tarde y noche, bebida con una alta cantidad de azúcar y calorías.
“El primer acercamiento”
La decisión del José por cuidar su alimentación ocurrió un día mientras navegaba en Instagram.
Relató que fue a través de una de las historias de un periodista, quien en ese momento hizo mención de una doctora experta en consejos de ámbitos alimentarios. Esto llevo a Elvir a visitar el perfil de la doctora y consultar por una cita.
“Muy amablemente me dio una cita, y fue una grata sorpresa; el tratamiento que me brindó era muy cálido”, resaltó.
Al llegar a la clínica, fue atendido diferentes especialistas, como médicos internistas, nutricionistas, expertos en medicina deportiva y psicólogos.
“Ese primer acercamiento a querer cambiar fue lo que me terminó convenciendo que yo no podía seguir así. Me dieron confianza, ya que ellas (los especialistas) sí sabían lo que yo estaba padeciendo”, expresó José.
El tratamiento de fue proteico para bajar el consumo de las calorías y aumentar el consumo de proteínas magras y grasas saludables.
Para José el tratamiento desde su punto de vista no fue nada pesado. Lo califica como más un resultado positivo, un esfuerzo para cambiar su estilo de vida.
“Hoy en día peso 76 kilos gracias a los diferentes médicos que a veces uno no sabe la gran ayuda puedo decir que vencí la obesidad, pero, también a seguirme cuidando porque es algo que no quiero volver a pasar en vida”, manifestó.
La doctora Karla Vélasquez reveló que desde el sistema de salud público aún no existe un plan de prevención de la obesidad.
“Actualmente no existe un plan estructurado para evitar que la población padezca de esta enfermedad, pero la secretaría de Salud realiza constantemente campañas de concientización para evitar esta enfermedad”, informó Velásquez.
Recomendaciones
La experta en entrenamiento y educación nutricional, Daniela Misas, es del criterio que la mejor prevención de la obesidad es comenzar a educar a los niños y a los padres de familia sobre la gravedad de este tema.
De igual forma, recomienda educar desde pequeños hasta adultos a las personas a través de programas, charlas, entre otras actividades, acerca de la importancia de un estilo de vida saludable y así no llegar a casos extremos de salud donde la vida se vea en riesgo.
“Honduras está demasiado corto en cuanto a programas o actividades que conlleven a tener un estilo de vida saludable, porque es importante que desde las escuelas se les enseñe a los niños la importancia de cuidar su salud, también es importante que los padres de familia se involucren en inculcar a sus hijos el comer saludable” enfatizó.
Por su parte, la nutrióloga María José Andrade también opina que la salud nutricional es fundamental para prevenir la obesidad.
“La concientización sobre el peligro de la obesidad puede lograrse través de campañas educativas que fomenten la actividad física y una alimentación saludable, la promoción de opciones de alimentos saludables en las tiendas y restaurantes; la promoción del autoestima y la aceptación corporal en la sociedad”.
También, Andrade considera importante involucrar a las comunidades y a los líderes locales en estas iniciativas para que el mensaje se difunda de manera efectiva.
Otra de las medidas sugeridas por los expertos es agravar los productos que sean altos en azúcares y dar incentivos a los productores de aquellos alimentos y bebidas bajos en estos nutrientes.
Una buena condición de salud consiste en un balance entre la alimentación, descanso, tener actividad física. Más que bajar de peso por cuestiones estéticas, debe ser visto como una prioridad de salud propia.